martes, 9 de abril de 2013
In Vitro
Fin de un ícono de la rumba bogotana
El bar In Vitro cerró sus puertas, y el festival de cortos que se
realizaba allí se transforma.
EL BAR IN VITRO FUE CUNA DEL FESTIVAL DE
CORTOMETRAJES QUE VIO LOS PRIMEROS TRABAJOS DE GRANDES DIRECTORES NACIONALES.
“¿Y ahora dónde nos
vamos a encontrar para hablar de cine, escuchar música, bailar, compartir
ideas, soñar películas?”.
Esa era la pregunta que
se hacían la semana pasada un grupo de asiduos visitantes a In Vitro, tras la
decisión de sus dueños de cerrar este bar por el que ha pasado la Bogotá
cultural.
Ese día estaban
“ebrios de nostalgia”, cuenta Juan Gabriel Machado, documentalista y quien
atendía el bar y ponía música sin cobrar un peso.
Con una camiseta que
decía In Vitro estuvo en esa predespedida y se encontró con otros que, como él,
sienten que se acaba más que un bar.
“Más que un sitio
para albergar borrachos, era un lugar de debate y visualización de historias de
gente que tenía en común la música y el cine”, dice.
Y es que en este
lugar no solo nació el Festival In Vitro Visual y la tradición de que cada
martes se proyectaran cortos, sino que desfilaron decenas de cineastas, músicos
y periodistas.
La lista es larga,
pero era común ver allí a músicos como Mario Duarte, de La Derecha; Tostao de
ChocQuibTown; Bathory, miembro de Systema Solar; los integrantes de La 33 y de
La Mojarra Eléctrica. Además de actores como Fernando ‘el Flaco’ Solórzano y
Juan Pablo Shuck, y los periodistas Mario Jursich y Karl Troller.
In Vitro también fue
el lugar donde directores de cine como Andrés Baiz (Roa), Jhonny Hendrix
Hinestroza (Chocó), Jorge Navas (La sangre y la lluvia) y Ciro Guerra (Los viajes
del viento) intercambiaron ideas y crearon oportunidades.
Además de que sirvió
para dar cabida a documentales alternativos como Impunity, de Hollman Morris,
que no fue proyectado en las salas de cine.
Sin embargo, no
obstante su importancia como lugar de encuentro, durante todo el 2012, por los
vidrios del bar ubicado en la esquina en la séptima con 60 se veía soledad.
Mauricio Guerrero,
uno de los socios de In Vitro, cuenta que el bar cierra porque cumplió su
ciclo.
“Era un bar cero
pretencioso, con personalidad. El sitio de encuentro de toda la ‘fauna’
bogotana, desde estudiantes de cine hasta directores de multinacionales y
embajadores”, recuerda Guerrero, quien ahora está más dedicado a los
restaurantes.
Él mismo reconoce que
hay mucha nostalgia alrededor, pero afirma que ya le hizo el duelo y que esa es
la mejor forma de terminar una etapa de su vida y de una generación de la
ciudad.
In Vitro Visual se transforma
“In Vitro Visual se
acaba tal y como lo conocimos: ni el nombre ni el lugar ni la perspectiva serán
los mismos”, explica Jaime Manrique, el fundador de este festival que por diez
ediciones se enfocó en la promoción de jóvenes que hacían sus cortometrajes.
Desde hoy se conocerá
como el Bogotá Short Film Festival, con la apuesta de que sea un referente
turístico, “para que la gente venga a ver lo mejor del corto mundial a la
ciudad”, agrega Manrique respecto al festival que se celebra en diciembre y que
concede las Santas Lucías (galardón que se mantendrá como imagen del nuevo certamen).
Entre otros cambios,
la inscripción de cortos se hará a través de una plataforma en línea
administrada por el Festival Clermont-Ferrand, en Francia, el certamen más
importante del mundo en cortometraje.
Además, contarán con
proyectos en la web, como Bogoshorts TV, en los canales de YouTube y Vimeo, con
entrevistas con directores y productores de cada corto; Bogoshorts Magazine, y
se hará el Bogoshorts tour, que llevará una retrospectiva de lo que se ha presentado
en In Vitro, durante diez años, a distintos festivales de cortos en Venezuela,
México, Perú y Miami. Finalmente, lanzarán un DVD con los diez cortos ganadores
del festival.
Lo que sí se
mantendrán son las sesiones semanales, que los martes de abril serán en el bar
El Coq (calle 84 No. 14-02); pero después de trasladarán a otros lugares de la
ciudad. “Queremos mantener la imagen de In Vitro como escenario de negocios y
que la gente se quede con la idea de que puede ir a ver cortos los martes”, confirma
Manrique.
El lanzamiento
oficial del Bogotá Short Film Festival será este martes 9 de abril, en la
Cinemateca Distrital, con la proyección de una selección de cortos del festival
Oberhausen y unas onces santafereñas.
14 años duró la rumba
Con el cierre del bar
In Vitro, en Bogotá, quedaron atrás no solamente las noches de bohemia, sino el
escenario de encuentro de la gente que hace cine en Colombia.
9 de abril de 2013
Redacción Cultura y Entretenimiento
El detective detrás de la mano asesina de Roa Sierra
Moribundo el detective Potes le dijo al coronel
Mera: 'Yo maté a Gaitán'.
Plinio
Apuleyo Mendoza aporta un dato inédito: el hombre a quien el político Plinio
Mendoza Neira, su padre, consideró cómplice de Juan Roa Sierra (acusado de
dispararle el 9 de abril de 1948), confesó su crimen antes de morir.
¿Quién
estaba detrás de Roa Sierra, el asesino de Jorge Eliécer Gaitán? Desde hace más
de 60 años a esta pregunta se le han dado dos distintas respuestas, igualmente
falsas.
La primera de ellas, sustentada desde siempre por la extrema izquierda, afirma
que este crimen fue urdido por la oligarquía y el gobierno de Mariano Ospina
Pérez. La segunda, refrendada incluso por cercanos amigos a quienes suele
ubicárseles en la derecha, acusa al comunismo internacional, cuyo propósito
esencial habría sido el de sabotear la Novena Conferencia Panamericana, reunida
en aquel momento en Bogotá. Fidel Castro, entonces presente en la ciudad,
habría sido uno de los agentes comprometidos en este siniestro complot.
Pues bien, siempre fui depositario de una explicación totalmente ajena a estas
dos versiones y digna de ser tomada en cuenta. Se la escuché muchas veces a mi
padre, Plinio Mendoza Neira, el testigo más cercano del crimen que segó la vida
de Gaitán.
Siempre la guardé en mi mente como una confidencia familiar. Pero sólo ahora un
hecho todavía desconocido por el país parece confirmarla.
Recordemos lo sucedido aquel 9 de abril a la 1 y 5 de la tarde. Mi padre salía
con Gaitán del edificio donde este tenía sus oficinas. Se proponía llevarlo a
almorzar en un restaurante cercano, junto con otros amigos que se encontraban
con él. A Gaitán y mi padre, cercanos amigos desde muy jóvenes, la política los
había vuelto a reunir; gracias a este último, Gaitán había sido reconocido como
jefe único del partido liberal. Mi padre fue designado miembro de su junta
asesora. Como tal, se veían casi todos los días. Sus oficinas estaban situadas
a media cuadra de distancia. Yo, que era entonces un muchacho de apenas 16
años, por cierto fervoroso partidario de Gaitán, junto con mis condiscípulos
del Liceo de Cervantes Camilo Torres y Luis Villar Borda, le solía llevar
textos y transcripciones de sus discursos que registrábamos en nuestra oficina.
Aparece el asesino
Apenas habían traspuesto la puerta del edificio Agustín Nieto, seguidos por
otros amigos, mi padre tomó del brazo a Gaitán y antes de pisar la carrera
séptima alcanzó a decirle: "Tengo que hablarte de un proyecto que nos
conviene poner en marcha". Se refería a la creación de un instituto
llamado Benjamín Herrera, destinado a formar líderes sindicales para el partido
liberal. Pero no pudo decir más, porque en aquel momento, viniendo de la acera
de enfrente, vieron avanzar hacía ellos a un hombre con un revólver en la mano.
Pequeño, mal trajeado, con una barba de tres días ensombreciéndole el rostro y
una mirada llena de odio, alzó el arma e hizo tres disparos.
Gaitán, al verlo, había dado una brusca media vuelta intentando regresar al
edificio, de ahí que los disparos lo alcanzaran en la cabeza y la espalda. Cayó
sobre el andén. El asesino, posteriormente identificado como Juan Roa Sierra,
había bajado el arma como si quisiera disparar un tiro de gracia. Mi padre,
entonces, alargó su brazo como buscando arrebatarle el arma.
Roa Sierra la levantó velozmente hacía él e hizo un cuarto disparo que por
milagro no lo mató. La bala perforó su sombrero y se clavó en una pared del
edificio. Ese sombrero, con la huella del impacto, se guardó en casa por muchos
años.
Roa Sierra retrocedía lentamente, siempre con el arma en la mano, cuando
ocurrió algo inesperado. Del café Gato Negro, que estaba a sus espaldas, salió
un hombre corpulento, con sombrero y abrigo negros, que se acercó sin prisa a
él y tranquilamente le quitó el revólver. Luego le hizo señas a dos policías
que estaban en la esquina y les entregó a Roa, quien parecía obedecerle con
docilidad.
Aquel enigmático personaje dejó a mi padre muy sorprendido. No sabía si en su
acción había un frío coraje o más bien complicidad con el asesino. Le extrañó
mucho que no se diera a conocer en la prensa como el hombre que lo había
desarmado.
Los dos policías que tenían a Roa, rodeados de pronto por enfurecidos testigos
del crimen, decidieron empujarlo al interior de la farmacia Nueva Granada, que
estaba detrás suyo. El farmaceuta cerró rápidamente la reja para evitar que la
multitud penetrara en su establecimiento. Empleado o propietario de la
farmacia, a este hombre lo entrevisté dos días después. Fue mi primer trabajo
como precoz jefe de redacción de la revista Reconquista, editada por mi padre.
"Era un hombre muy pequeño y estaba muerto de miedo -me contó el boticario
refiriéndose a Roa-. Como la multitud se había agolpado al otro lado de la
reja, buscaba escaparse corriendo hasta el fondo del establecimiento sin hallar
salida alguna. Temiendo por mi farmacia, yo abrí la reja justo para darle
cabida solo a él y lo lancé fuera. Allí lo mataron a golpes".
El misterio del hombre que logró desarmar a Roa Sierra con suma tranquilidad lo
despejaría mi padre pocos meses después. Miembro de la dirección liberal, se
encontraba una mañana en la sede del partido, en la calle 16 con carrera 9a.,
cuando se empezaron a escuchar afuera los gritos de protesta de una inesperada
muchedumbre. Llamaban traidores a los dirigentes liberales, encabezados por Carlos
Lleras Restrepo, por haber aceptado, en aras de la paz, participar desde la
madrugada del 10 de abril en el gobierno de Ospina Pérez. El ministro de
Gobierno era el propio Darío Echandía. Pese a ello, en muchas regiones del país
seguían produciéndose actos de violencia contra los liberales a cargo de
policías conocidos como chulavitas y de conservadores rasos interesados en
conservar el poder en las elecciones presidenciales previstas para el año 50.
Con sumo valor, mi padre decidió salir al balcón para hablarles a los
manifestantes. Al lado suyo, apareció de pronto su amigo y miembro de la
dirección liberal José Francisco Chaux, quien sin abrir diálogo alguno le gritó
a la multitud: "¡No se dejen engañar! El hombre que está allí abajo,
azuzándolos contra nosotros, es un detective cuya placa de identificación aquí
tengo. Se llama Pablo Emilio Potes y ha organizado a los pájaros del
Valle". Diciendo esto, señalaba a un hombre grande y corpulento con
sombrero y traje oscuro que al oírlo intentaba escabullirse. Mi padre lo
reconoció de inmediato. Era el mismo personaje que había desarmado a Roa
Sierra.
'Yo maté a Gaitán'
A partir de aquel momento, y hasta el final de su vida, mi padre siempre tuvo
la convicción de que Gaitán había sido asesinado con la complicidad de aquel
Potes y de otros miembros del bajo mundo del detectivismo de la época que
buscaban, valiéndose de pájaros y chulavitas, impedir el triunfo de los
liberales. No hay que olvidar que desde 1947 se había desatado contra el
liberalismo en todas las regiones del país (mi padre lo había verificado en
Boyacá, su departamento) una feroz ola de violencia. Gaitán la había visto muy
de cerca. De ahí su famosa Manifestación del Silencio del 7 de febrero -2 meses
antes de su muerte-, poblada de féretros vacíos y banderas negras. Yo la
contemplé desde un balcón de la plaza de Bolívar, al lado de mi padre.
Por cierto, nunca creyó él que el presidente Ospina Pérez y su alto gobierno
estuviesen implicados en el asesinato de Gaitán.
Tampoco que fuese obra del comunismo internacional, con participación de Fidel
Castro. A propósito de este, siempre nos contó que dos días después del 9 de
abril había tenido que ir a la Quinta División de la Policía, en la
Perseverancia, para calmar y desarmar a un grupo de insurrectos que aún
permanecían allí. "En vez de emborracharse, ustedes se han debido
organizar como un grupo armado y colocarse al frente de una insurrección
popular -les dijo-. Ahora es demasiado tarde, están rodeados por el ejército.
He conseguido que los dejen salir sin que nada les ocurra".
También nos dijo: "dos muchachos cubanos, que allí se encontraban, se
acercaron a mí y me dieron la razón. -Quisimos ayudarlos pero no fue posible
-me dijeron-. Uno de esos muchachos tenía puesta una chaqueta de cuero".
Años después, hallándonos con Gabo en Caracas, entrevistamos a Emma Castro,
hermana de Fidel. Había llegado para solicitar apoyo a los revolucionarios que
se hallaban en la Sierra Maestra. Cuando supo que éramos colombianos, nos
regaló una foto que
Fidel y Rafael del Pino, un compañero suyo, se habían tomado en el parque
Santander. Llevaba la fecha del 3 de abril de 1948.
Apenas se la enseñamos a mi padre, reconoció en ella a los dos muchachos
cubanos que había encontrado en el cuartel de la Policía, en la Perseverancia.
Nunca llegué a imaginar que 65 años después de aquel 9 de abril de 1948,
surgiera de manera casi milagrosa, un testimonio capaz de darle vigencia a lo
que mi padre se llevó a la tumba como convicción suya.
En efecto, revisando en días pasados viejos mensajes electrónicos no abiertos,
encontré uno que me estremeció. En un texto titulado "¿Quién mató a
Gaitán?", escrito por el coronel Luis Arturo Mera Castro, se mencionaba
por primera vez a Potes, al famoso Pablo Emilio Potes, el mismo personaje
tantas veces citado por mi padre. En dicho artículo, el coronel Mera revelaba
que el tío de un amigo suyo había sido llamado de urgencia por Potes quien,
moribundo, abandonado en una pocilga de la calle 63 de Bogotá, había sentido la
necesidad de hacerle una extraña confesión.
Textualmente le había dicho: "Por el aprecio que le tengo y para descanso
de mi alma lo mandé llamar. Yo estoy pudriéndome en vida y estoy pagando mi
pecado por el mal tan grande que le hice al país: yo maté a Gaitán".
Nada de esto ha tenido difusión en la prensa. Pero, para mí, fue un informe
estremecedor que no me deja en paz. Confirma lo que mi padre siempre me
aseguró.
Plinio Apuleyo Mendoza
Especial para EL TIEMPO
domingo, 7 de abril de 2013
Piedad Bonnett
Según Piedad Bonnett (1951), los poemas expresan “las incertidumbres eternas de una manera siempre nueva”. La crítica reconoce en ella a una de las más valiosas voces de la poesía colombiana contemporánea, capaz de indagar, con un lenguaje hondo y transparente, en las más profundas galerías del alma.
VUELTA A LA POESÍA
Otra vez vuelvo a ti.
Cansada vengo, definitivamente solitaria.
Mi faltriquera llena de penas traigo, desbordada
de penas infinitas,
de dolor.
De los desiertos vengo con los labios ardidos
y la mirada ciega
de tanto duro viento y ardua arena.
Abrazada de sed,
vengo a beber de tus profundos manantiales,
a rendirme en tus brazos,
hondos brazos de madre, y en tu pecho
de amante, misterioso,
donde late tu corazón como un enigma.
Ahora
que descansando estoy junto al camino,
te veo aparecer en cada cosa:
en la humilde carreta
en que es más verde el verde de las coles,
y en el azul en que la tarde estalla.
Humilde vuelvo a ti con el alma desnuda
a buscar el reflejo de mi rostro,
mi verdadero rostro
entre tus aguas.
Cansada vengo, definitivamente solitaria.
Mi faltriquera llena de penas traigo, desbordada
de penas infinitas,
de dolor.
De los desiertos vengo con los labios ardidos
y la mirada ciega
de tanto duro viento y ardua arena.
Abrazada de sed,
vengo a beber de tus profundos manantiales,
a rendirme en tus brazos,
hondos brazos de madre, y en tu pecho
de amante, misterioso,
donde late tu corazón como un enigma.
Ahora
que descansando estoy junto al camino,
te veo aparecer en cada cosa:
en la humilde carreta
en que es más verde el verde de las coles,
y en el azul en que la tarde estalla.
Humilde vuelvo a ti con el alma desnuda
a buscar el reflejo de mi rostro,
mi verdadero rostro
entre tus aguas.
De círculo y ceniza, 1989.
MADRE E HIJO
El poeta
bebe el agua del Tigris y del Eufrates,
se desvela y a veces tiene caspa,
y en los salones tiene reservado su puesto
y los zorros lamen su mano antes de huir espantados
por el bronco sonido de su verso.
De púas, de cuchillos, es la piel del poeta.
Con el despertar de la luz sangra la piel del poeta.
A veces, desalado, silencioso,
desierto de los pies a la cabeza,
anochece de bruces en su cama.
La envidia del poeta es amarilla,
su ilusión es azul como un cielo sin guardas.
A ratos a sí mismo se devora, se corta en pedacitos, se reparte,
se mira en el espejo, escupe, llora
sobre los baldosines de la infancia.
El poeta envejece, engorda, eructa,
y en ocasiones el poeta muere.
La poesía, que es inmortal, lo mira desde arriba,
ciega de luz y ajena como una estrella antigua.
bebe el agua del Tigris y del Eufrates,
se desvela y a veces tiene caspa,
y en los salones tiene reservado su puesto
y los zorros lamen su mano antes de huir espantados
por el bronco sonido de su verso.
De púas, de cuchillos, es la piel del poeta.
Con el despertar de la luz sangra la piel del poeta.
A veces, desalado, silencioso,
desierto de los pies a la cabeza,
anochece de bruces en su cama.
La envidia del poeta es amarilla,
su ilusión es azul como un cielo sin guardas.
A ratos a sí mismo se devora, se corta en pedacitos, se reparte,
se mira en el espejo, escupe, llora
sobre los baldosines de la infancia.
El poeta envejece, engorda, eructa,
y en ocasiones el poeta muere.
La poesía, que es inmortal, lo mira desde arriba,
ciega de luz y ajena como una estrella antigua.
Nadie en casa, 1994.
Publicado en Autores, Literatura colombiana
sábado, 6 de abril de 2013
Carta del Jefe Seattle al presidente de los Estados Unidos
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Lanzamiento publicación de BibloRed en Feria del Libro
Lanzamiento publicación de BibloRed en Feria del Libro
En el marco de La Feria Internacional del libro, La Red Capital de Bibliotecas Públicas de Bogotá-BibloRed, presentará la publicación “Los lugares de la palabra”, en donde se encuentran plasmadas historias escritas por personas en situación de desventaja y/o condición de vulnerabilidad, que participan en los programas de BibloRed, el próximo 24 de abril de 2013.
En “Los lugares de la palabra”, se encuentran relatos escritos por hombres y mujeres internos en los centros de reclusión de Bogotá, hogares de paso para habitantes de calle, centros de resocialización de jóvenes, hogares geriátricos, población desplazada, mujeres en proceso de alfabetización, madres en gestación y lactantes, organizaciones de abuelos e indígenas.
Durante el proceso de escritura, estas personas se acercaron a su propia historia a la que le imprimieron sentido y en la que reflejaron su situación. Además en la publicación se encuentran relatos sobre madres gestantes adolescentes y que viven en condiciones precarias, reivindicación del territorio de la población desplazada en la ciudad, cartas escritas por los reclusos a partir de un relato literario cercano o relacionado con su vida, cuentos y narraciones autobiográficas de los habitantes de calle, saberes y tradiciones populares de los adultos mayores, mitos, leyendas, coplas, refranes, adivinanzas, dichos, agricultura y conocimiento ancestral indígena.
Dicha población vive diferentes experiencias a través del desarrollo de la escritura y la lectura que la Red Capital de Bibliotecas Públicas de Bogotá-BibloRed, lleva a lugares no convencionales. En este espacio tienen una alternativa dentro de su cotidianidad, porque se sumergen en las palabras e historias que encuentran en los libros, que les permite estimular la creación, pensar la realidad desde otros marcos de referencia y expresarse más allá de su condición, fortaleciendo los conocimientos y saberes.
Este trabajo es llevado a cabo por los promotores de lectura y escritura de las 20 bibliotecas de BibloRed, quienes cada semana visitan estos lugares y aplican estrategias que incentivan la lectura y la escritura en dicha población, generando una participación activa gracias a las actividades de lectura en voz alta, creación, discusión sobre las experiencias de los participantes, lectura compartida, entre otros.
Lugar: BibloRed-Carpa pabellón área libre 5 Corferias, 26ª. Feria Internacional del Libro de Bogotá, Cra 37 No. 24-67.
Fecha y hora:miércoles 24 de abril de 2013. 3 p.m. Entrada libre.
Fecha y hora:miércoles 24 de abril de 2013. 3 p.m. Entrada libre.
Messi llevará un chip en las botas
Messi llevará un chip en las botas
Adidas ha puesto a disposición de su icono mundial unas botas inteligentes que le ayudarán a mejorar aún más su extraordinario rendimiento
Messi llevará un chip en sus botasVideo: Liga BBVA
El azulgrana visitó las instalaciones de la sede de Adidas cercanas a Nuremberg hace unas semanas para conocer de primera mano la tecnología y tomarse medidas para sus botas
Esther Blasco| 09.10.2011 | 04:05h
Leo Messi ha revolucionado el mundo del fútbol con sus vertiginosas incursiones, sus regates imposibles entre medio equipo rival, las carreras en solitario desde su propio campo y sus obras de arte en forma de goles.
Hasta ahora, el inigualable talento del argentino era su principal arma, pero a partir de noviembre, el crack dispondrá de otro as que en su caso no estará en la manga, sino en la suela de sus botas.
Adidas ha puesto a disposición del astro azulgrana unas botas inteligentes que, gracias a un chip ubicado en la suela de las zapatillas, son capaces de recoger todo tipo de información durante el partido, para saber el esfuerzo que Leo realiza durante los noventa minutos o datos tan concretos como los metros recorridos, su velocidad máxima y media o incluso permite capturar detalles de movimientos en 360º.
Messi ya ha probado el nuevo `invento¿ de la marca alemana y los resultados no podían ser más satisfactorios. El azulgrana estrenó sus nuevas botas inteligentes el pasado 6 de septiembre, durante un partido amistoso entre Argentina y Nigeria. Está previsto que Leo lleve el chip de manera habitual en sus F50 Adizero a partir del próximo mes de noviembre, en los partidos oficiales con el FC Barcelona.
Se trata de un sensor denominado `miCoach Speed Cell¿ ubicado en un hueco en la zona interior de la bota y que no modifica en absoluto el diseño ultraligero de las botas del goleador, con un peso de 165 gramos. Leo, icono de Adidas a nivel mundial, es el primer jugador que utiliza el chip, aunque la intención es que poco a poco lo vayan usando el resto de futbolistas que calzan la marca alemana.
Alves, también ha tenido ya la oportunidad de probar las botas del futuro. El funcionamiento del sensor es muy sencillo. El mecanismo tiene capacidad para un almacenamiento de hasta 7 horas de actividad, durante las que recoge toda la información relacionada con pases, disparos o sprints de manera que Leo podrá optimizar su rendimiento gracias al sensor.
Además, los datos se pueden transmitir de forma inalámbrica a cualquier PC, Mac o Tablet, por lo que Messi se ha comprometido a compartir con todos sus seguidores los la información obtenida tras cada partido, a través de su página web.
El jugador visitó hace unas semanas la sede central que Adidas tiene próxima a Nuremberg para conocer las instalaciones y reunirse con el presidente de la multinacional. Allí le tomaron medidas para sus botas y conoció por primera vez la revolucionaria tecnología.
"Esta herramienta va a permitir que muchos atletas de elite mejoren su rendimiento”, dijo el director de Tecnologías Interactivas de Adidas, Simon Drabble hace unos días. El directivo adelantó que el sensor miCoach será el primero de una larga lista de dispositivos inteligentes capaces de almacenar, monotorizar y después evaluar los datos recogidos sobre el terreno de juego”, dijo refiriéndose a los beneficios que aportará el chip al juego de Leo y, por extensión, al del FC Barcelona.
Por su parte, uno de los vicepresidentes de la marca, Markus Baumann, mostró la intención de Adidas de revolucionar el mundo de las tecnologías aplicadas al deporte, igual que Messi ha sido capaz de revolucionar el fútbol actual, “por primera vez, el jugador tendrá la oportunidad de comparar sus datos y rendimiento objetivo con los mejores jugadores de todo el mundo”.
Quizás el problema será encontrar algún jugador que quiera compararse con Leo Messi, puesto que como dijo Xavi Hernández en su día, quien lo intenta acaba retratado.
martes, 2 de abril de 2013
BIOGRAFIA DE GUSTAVO ALVAREZ GARDEAZABAL
BIOGRAFIA
DE GUSTAVO ALVAREZ GARDEAZABAL
Presentado
por:
Jhon
Hamilton Becerra Cañas
UNIDADES
DE INFORMACION
Presentado
a:
Noelia
Rios
Fundación
INPAHU
Facultad
de Ingeniería
Tecnología
en Administración de Sistemas de la Información y Documentación
Bogotá
2013
GUSTAVO
ALVAREZ GARDEAZABAL
Escritor,
crítico literario, periodista, político, docente, Doctor Honoris Causa en
Literatura de la Universidad del Valle nacido
el 31 de octubre de 1945 en Tuluá, departamento del Valle del Cauca, donde ha
residido la mayor parte de su vida. El mayor de otros cinco hermanos, Martha,
Esneda, Fabio, Jorge y Margarita en el hogar formado por Evergisto Álvarez
Restrepo Su padre, fue un inmigrante
antioqueño que llegó a Tuluá en la década del
40, y su madre, María Gardeazábal Rodríguez, una tulueña nieta de
vascos liberales radicales hija del librero del pueblo. Con el tiempo su padre
llegó a ser un reconocido jefe conservador en el municipio y su madre
presidenta de la Acción Católica. Hizo sus primeros estudios en el Colegio de
las Madres Franciscanas, centro educativo de unas monjas suizo-alemanas en el
que, según reconoce el escritor, recibió la educación más importante de su
vida: la formación disciplinaria y la orientación en su capacidad de
observación.
Hizo
estudios de pregrado en la Pontificia Universidad Bolivariana de Medellín en la
carrera de Ingeniería Química, pero fue expulsado en 1964 por escribir y
repartir públicamente, en la entrada de la Universidad un escrito titulado
Piedra Pintada, en el que criticaba fuertemente al “rector magnífico
monseñor Félix Henao Botero y a su corte de lameculos”, según afirma en
entrevista publicada por Jonathan Tittler en el libro El Verbo y el Mando.
En
1964 cursó un trimestre en St. Michael's College en Vermont, Estados Unidos con
énfasis en el idioma inglés, para luego matricularse en la Facultad de Letras e
Historia en la Universidad del Valle donde obtuvo su licenciatura el 19 de
junio de 1970 con la tesis "La novela de la violencia en Colombia",
bajo la tutoría de William Langford, profesor de la Universidad de Notre Dame
en Indiana, y lo que dice es “di toda la lora posible, asumí el liderazgo
estudiantil de frente, y con qué furia y argucias, contra los marxistas y
contra los derechistas; me hice elegir miembro del comité directivo de la
Federación de Estudiantes y libré batallas novelescas contra las estructuras
política y universitaria”.
Luego
de graduarse, enseñó literatura por dos años en la Universidad de Nariño en Toro
bajo y entre 1972 hasta 1980 en la Universidad del Valle. Viviendo en Nariño,
escribe su obra más reconocida y estudiada internacionalmente "Cóndores no
entierran todos los días", que recibió el elogio del Nobel
guatemalteco Miguel Ángel Asturias y
de intelectuales como James D. Brown y Jacques Gilard.
Durante
su vinculación con la Universidad del Valle, primero como estudiante y luego
como docente, fue el promotor principal para invitar al claustro a figuras
literarias de importancia continental como Jorge Edwards, Clarice
Lispector, Fernando Alegría y
luego a Mario Vargas Llosa, Manuel
Puig y Camilo José Cela,
entre otros.
Su
obra se caracteriza por su gran fuerza descriptiva y su estilo directo y
carente de casticismo retórico. Sus palabras desnudas y escuetas muestran la
realidad de las cosas y los vicios que corrompen a la sociedad colombiana,
rasgo que lo ha convertido en uno de los autores preferidos del público. Su
obra está referida a los temas de la violencia en Colombia, el fetichismo de
la religión,
la corrupción de los gamonales o caciques y
en general al conflicto social. Pero también menciona pasajes que suceden en la
intimidad y las indiscreciones sexuales de sus personajes en ocasiones jocosas
y hasta ridículas. La estructura moderna de la novela y el lenguaje depurado le
han ganado amplia aceptación.
El
universo de su narrativa se centra en su tierra natal, con ramificaciones al
Valle del Cauca, y sus temas recurrentes son la extensión de la violencia
indiscriminada, la superchería milagrera en que se sustenta el conservadurismo
religioso hispanoamericano, el poder omnímodo de los grandes terratenientes,
las nuevas bolsas de riqueza generadas por la expansión del narcotráfico, la
corrupción generada por el sistema caciquil de los gamonales y las crisis
ideológicas de los sectores progresistas
Ha
sido premiado en España por sus cuentos "Ana María Torrentes",
"Donaldo Arrieta" y "El día que volvió León María", así
como en Cuba por el libro Cuentos del parque Boyacá (1978, premio Casa de las
Américas). De sus nueve novelas, cuatro han sido galardonadas: Cóndores no
entierran todos los días (1976), premio Macanor de España en 1974, quizá su
obra más importante; La boba y el buda (1972), premio Ciudad de Salamanca 1970;
Dabeiba (1972), segundo premio Nadal en 1972, y Los míos (1982), segundo premio
Plaza y Janés 1981. En 1977 publicó El titiritero.
Es
un hombre polémico que gusta del poder y que desde sus inicios en la
Universidad del Valle ha demostrado vocación de mando e interés por la política
y la vida pública. Su actividad como líder estudiantil la alternaba con una
columna en el diario Occidente, donde, según revela él mismo, ponía sobre el
tapete todo lo que ni el rector Alfonso Ocampo, ni los distintos grupos
políticos de la Universidad del Valle le permitían discutir en el campus. Sus
primeros cuentos fueron publicados en La Estafeta Literaria, revista
de Madrid y la revista Mundo Nuevo de París. En 1971 publicó su
primera novela, La tara de papá, considerada por el escritor
su novela madre, pues están allí consignadas todas las potencialidades de
su estilo difícil de clasificar y su gusto por temáticas como la violencia, la
política, la iglesia católica y su nada inocente papel en la historia
colombiana, y las costumbres de su pueblo natal. No obstante, es su
novela Cóndores no entierran todos los días la que le otorga gran
reconocimiento como escritor, tras ganar el Premio Manacor y ser editado por la
Editorial Destino, en Barcelona en 1972. Hasta el 2004 el libro ha llegado a
las 60 ediciones legales y más de 90 piratas, que el mismo autor ha
coleccionado y que no dejan de sorprenderlo.
En
1972 gana el premio Ciudad de Salamanca con su novela La Boba y el Buda;
otras novelas publicadas son: Piedra Pintada (1965), El Gringo
del Cascajero (1968), Dabeiba(1973), El Bazar de los
Idiotas (1974), El Titiritero (1977), Los Míos (1981), Pepe
Botellas(1984), El Divino (1986), El Último
Gamonal (1987), Los Sordos ya no Hablan (1991), Comandante
Paraíso (2002) y Las mujeres de la muerte (2003). También ha
escrito el libro de relatos Cuentos del Parque Boyacá (1979), los
libros de ensayos Manual de crítica
literaria (1986), Perorata (1991), La novela colombiana:
entre la verdad y la mentira(2000), Se llamaba el País
Vallecaucano (2001) y el libro de crónicas Prisionero de la
esperanza (2000).
Ha
sido profesor de la Universidad de Nariño en Pasto entre 1970 y 1972, después
en Cali en la Universidad del Valle entre 1972 y 1980, año en que se
retira en protesta contra las reformas hechas por el entonces ministro de
educación Rodrigo Lloreda, quién dictó un decreto prohibiendo a los profesores
ejercer su actividad política. Respecto a su vida de profesor universitario
Álvarez Gardeazábal dice: Mis cursos eran programados para 30 alumnos en
salones normales, todos los tuve que dictar en grandes auditorios, pues la
gente iba a oírme sin matricularse al curso. Por su puesto yo no he creído en
las calificaciones como elemento de juicio, simplemente mandaba a hacer
trabajos a los estudiantes inscritos oficialmente (a veces los otros los hacían
también), yo los comentaba en público y después les pedía a cada uno que
pusiera la nota para llenar el trámite burocrático. El consejo directivo
consideró oprobioso el sistema pero nunca me pudo sancionar… (Entrevista
publicada por Tittler).
Aunque
desde sus inicios expresó su vocación política y de hombre público y ha sido un
constante líder, como columnista, estudiante y profesor universitario, es
solo hasta 1978 que inicia su participación en un movimiento político oficial,
cuando siendo profesor de la Universidad del Valle se inscribe en el Movimiento
Cívico, que se agrupaba alrededor del periodista José Pardo Llada. Fue elegido
concejal de Cali ese año y diputado a la Asamblea del Valle, al período
siguiente. Luego quiso hacerse relegir como diputado, lanzándose como candidato
independiente, pero fue derrotado. El siguiente período se lanza al concejo del
municipio de Tuluá, su pueblo natal, siendo elegido; en 1988, contra todos los
pronósticos, se convierte en el primer alcalde elegido por voto popular en el
mismo municipio.
En
1990 lanza su candidatura a la Asamblea Constituyente pero sale derrotado. En 1992
repite como alcalde de Tuluá con una votación bastante amplia. Durante este
período su figura apareció ampliamente en los noticieros debido a sus
constantes enfrentamientos con el presidente César Gaviria Trujillo, siendo uno
de los principales detractores de la “hora Gaviria”, pero sobre todo,
oponiéndose a la ocupación de la isla de Guanchaco por marines del ejército
norteamericano que, como parte de una supuesta operación antidrogas,
desembarcaron en la isla y estuvieron allí por varios meses. Fue en esta
confrontación que llegó a decir en público “gringos periqueros” y que ordenó
izar a media asta la bandera de Colombia en su municipio como protesta por la
ocupación yanqui a la isla del pacífico, en la costa Vallecaucana. Esto le
valió la enemistad política de las élites del partido liberal y del gobierno
estadounidense, quien de inmediato le quitó la visa.
Al
terminar su alcaldía, en 1996, y dos años antes de las siguientes
elecciones, sin apoyo de ningún partido ni gremio económico, inicia su campaña
a la gobernación del Valle de una manera muy peculiar: en 1996 inicio mi
campaña a la gobernación y durante año y medio, acompañado solo de Carlos
Saldarriaga y en carro prestado o en la ‘narcochéchere’, con quince asientos
plásticos y un megáfono, recorro el Valle vendiendo mi
libro Perorata y gano por la abrumadora cifra de 700 mil… que error,
si hubiera ganado por solo 50 mil no se habrían montado las máquinas…
Ganar
las elecciones a gobernador, sin apoyo de la maquinaria política, y por la
cifra abrumadora de 780mil votos fue un hecho sin precedentes en la historia
electoral colombiana, el cuál puso a temblar a las élites políticas, no solo
del Valle sino de Colombia entera. Este hecho, aunado a la construcción de su
imagen pública como político incorruptible, su prestigio como escritor, su
costumbre de hablar de frente de la política nacional y las declaraciones
públicas de su homosexualidad, además de asustar a las élites, las escandalizó.
Su triunfo de inmediato lo instaló en la lista de “los presidenciables” y de
inmediato se iniciaron persecuciones políticas en su contra, que buscaban
truncar su mandato como gobernador y sacarlo de la arena política ante el temor
de que se lanzara a las elecciones presidenciales en el 2002 y las ganara de la
misma forma.
La
gobernación de Gustavo Álvarez Gardeazábal es descrita por Jonathan Tittler de
esta manera: Había recibido un número de votos sin precedentes. También
heredó problemas muy graves en su departamento: una deuda fiscal profunda, una
migración masiva de campesinos del campo a la ciudad y una guerra en escalación
entre varios grupos armados. Trabajó para fortalecer y reformar la agricultura
y la industria de la zona. Impuso austeras medidas económicas para enfrentar la
deuda pública y, a pesar de los grandes problemas financieros, lanzó un
programa para apoyar las artes. Pero su mayor desafío fue la guerra. Se la
acercó como ningún oficial gubernamental jamás lo había hecho: con el
diálogo (Tittler, 2004:117).
En
1999 fue acusado de enriquecimiento ilícito por haber vendido en 1992 una
escultura por el valor de siete millones de pesos a quien resultó ser un
testaferro de un narcotraficante. En un proceso, que dejó muchas dudas a la
opinión pública, fue hallado culpable y condenado a seis años y seis meses de
prisión, lo que lo obligó a dimitir como Gobernador y pagar la condena. Tittler
lo relata así; ‘…El mandatario departamental fue investigado por haber
recibido, presuntamente, del cartel de la droga de Cali, seis cheques por valor
de 55 millones de pesos (unos 80.000 dólares)’. Las cifras que yo he comprobado
personalmente son distintas. He visto un comprobante bancario de ingresos
firmado por Álvarez Gardeazábal a la cifra de solo siete millones de pesos. No
sé si haya habido otros comprobantes para llegar a la cifra mucho más alta
citada en la noticia arriba. Pero el hecho es que Álvarez no tenía la riqueza
necesaria para defenderse de las acusaciones (Tittler, 2004:119).
Gardeazábal
se ha referido a su caso como "Orquestado por la campaña presidencial de
Horacio Serpa y la Embajada Estadounidense". Lo cierto es que existe un
precedente más que refuerza la versión de que su condena fue una persecución
política y es el hecho de que a Ernesto Samper Pizano, quién fue presidente
antes que él fuera gobernador, se le comprobó el ingreso a su campaña de varios
millones de dólares donados directamente por Gilberto Rodríguez Orejuela, jefe
del Cartel de Cali, sin recibir sanción alguna por parte de la justicia
colombiana.
Trayectoria
como escritor
Reconocido
ampliamente por su faceta de escritor, ha publicado 19 libros y más de mil
artículos y/o ensayos. Su novela más reconocida es Cóndores no entierran todos los días(1971),
en la cual describe la violencia del país en mitad del siglo XX. Ganadora del
Premio Manacor, fue llevada al cine por Francisco Norden.
En
1984, ganó la prestigiosa beca de la Fundación John Simón Guggenheim [4] por
su contribución y creatividad literaria de ficción, que lo llevó de nuevo por
un período a los Estados Unidos. En ese tiempo vivió en Ithaca, Nueva York donde
inició la novela "El Divino" y fue invitado a hacer presentaciones de
su obra en prestigiosas universidades de los Estados Unidos. Por varios años ha
colaborado con una columna regular de análisis y crítica en el periódico
"El Colombiano" de Medellín. Su trabajo periodístico tanto escrito
como radial, se ha caracterizado por su independencia de criterio, su afán en
la verificación de las fuentes y su osadía permanente en llamar por su nombre
los casos de abuso de poder, despilfarro o corrupción oficial.
Ha
sido premiado en España por sus cuentos "Ana María Torrentes",
"Donaldo Arrieta" y "El día que volvió León María", así
como en Cuba por el libro Cuentos del parque Boyacá (1978, premio Casa de las
Américas). De sus nueve novelas, cuatro han sido galardonadas: Cóndores no
entierran todos los días (1976), premio Macanor de España en 1974, quizá su
obra más importante; La boba y el buda (1972), premio Ciudad de Salamanca 1970;
Dabeiba (1972), segundo premio Nadal en 1972, y Los míos (1982), segundo premio
Plaza y Janés 1981. En 1977 publicó El titiritero
Obras
·
Piedra Pintada, Colombia:
Editorial Bedout, 1965.
·
El Gringo del
Cascajero, Sin datos editoriales, 1968.
·
La tara de Papá, Bogotá:
Plaza & Janés, 1971.
·
Cóndores no entierran todos
los días, Barcelona: Editorial Destino, 1972.
·
La Boba y el
Buda, Barcelona: Editorial Destino 1972.
·
Dabeiba, Barcelona,
Editorial Destino 1973.
·
El Bazar de los Idiotas,
Bogotá: Plaza & Janés, 1974.
·
El Titiritero, Bogotá: Plaza
& Janés, 1977.
·
Cuentos del Parque Boyacá, Bogotá:
Plaza & Janes, 1978.
·
Los Míos, Bogotá: Plaza
& Janés, 1981.
·
Pepe Botellas, Bogotá: Plaza
& Janés, 1984.
·
El Divino, Bogotá: Plaza
& Janés (1986),
·
El Último
Gamonal, Plaza & Janés, 1987.
·
Los Sordos ya no Hablan,
Bogotá: Plaza & Janés, 1991.
·
Comandante
Paraíso, Bogotá: Random House / Mondadori, 2002.
·
Las mujeres de la muerte,
Bogotá: Random House / Mondadori, 2003.
Ensayo
·
La novelística de la
violencia en Colombia. Tesis (Licenciado en Letras). Universidad del Valle.
Facultad de Humanidades, 1970.
·
La farsa universitaria
colombiana. Colombia: Editorial Carrera 7, 1978
·
Manual de crítica literaria,
Colombia: Plaza & Janés, 1980
·
La imaginación al poder:
Balance intelectual de una gestión burocrática. Colombia: Imprenta
Departamental Del Valle, 1990.
·
La novela colombiana: entre
la verdad y la mentira, Bogotá: Plaza & Janés, 2000.
·
Se llamaba el País
Vallecaucano, Colombia: Impresora Ferina, 2001.
·
Obra Periodística
·
Perorata, Colombia:
Editorial Lealon, 1997.
·
Prisionero de la esperanza,
Colombia: Editorial Grijalbo, 2000.
Trayectoria
política
Vivió
su infancia en un hogar católico y rígido, si bien su madre era de ideas
liberales. Ideológicamente se adscribió en su juventud conservadurismo del
aspirante a la presidencia Belisario Betancur, en cuya campaña electoral tomó
parte activa mientras concluía sus estudios en la Universidad del Valle, donde
se licenció en Letras con una tesis sobre La novelística de la violencia
en Colombia (1970). Posteriormente iría acercándose a partidos de signo
liberal. Profesor durante años en la Universidad del Valle, por su trayectoria
literaria fue becario de la Fundación Guggenheim en 1984 y ha sido dos veces
gobernador del Valle del Cauca por elección popular.
En
el año de 1978 incursionó
en el ámbito político siendo elegido Concejal de Cali y
posteriormente Diputado a la Asamblea del Valle. En 1988 es
elegido como primer alcalde popular de Tuluá,
cargo que ejerció hasta 1990 cuando se presentó como candidato a la Asamblea
Nacional Constituyente, pero no fue elegido. Posteriormente, en 1992 fue
elegido nuevamente Alcalde de Tuluá, desde donde creó gran controversia al
manifestar su desacuerdo a la ocupación por parte de la armada estadounidense
del muelle de Guanchaco, en el municipio de Buenaventura.
En 1997 fue
elegido Gobernador del Valle del Cauca para
el periodo 1998-2000, con una amplia ventaja sobre su más cercano contendor, el
ex Gobernador Carlos Holguín Sardi.
En
el año de 1999 fue acusado de enriquecimiento ilícito por haber vendido en el
año de 1992 una escultura por el valor de siete millones de pesos a quien resultó
ser un testaferro de un narcotraficante. Fue hallado culpable y condenado a
seis años y seis meses de prisión, lo que lo obligó a dimitir como Gobernador y
pagar la condena. Álvarez Gardeazábal se refirió a su caso como
"Orquestado por la campaña presidencial de Horacio Serpa y
la embajada estadounidense".
Tras
cumplir la pena de prisión, Gardeazábal continuó escribiendo artículos y
ensayos, a la vez que escribe columnas en diferentes periódicos y participa
diariamente en el programa radial La Luciérnaga de Caracol Radio.
El 23
de abril de 2009 alrededor
del medio día, fue asaltado en su vivienda por un grupo de seis personas
armadas, quienes lo intimidaron y sólo se llevaron sus dos computadores
personales. Alrededor del hecho se desató una gran controversia por la presunta
participación del ejército nacional, al ser descubierto un vehículo de esta
entidad parqueado cerca de la residencia al momento del asalto. Estas
sindicaciones cobran importancia, debido al papel de crítica y opinión que
ejerce el escritor a través del espacio radial de La Luciérnaga.
Más de cien escritores, poetas e intelectuales de Colombia, México, Francia y
Estados Unidos enviaron una carta de protesta al gobierno y pidieron protección
para Álvarez Gardeazábal.
CONDORES
NO ENTIERRAN TODOS LOS DIAS
Esta
historia es basada en la vida real y se basa en la guerra entre Conservadores y
Liberales. Tuluá jamás ha podido darse cuenta de cuando comenzó todo, y aunque
ha tenido durante años la extraña sensación de que su martirio iba a terminar
el 9 de abril de 1949, es cuando comienza todo.
Un
quesero desde que era niño, fue conservador igual que su padre, su nombre era León
María Lozano unos de los grandes bandoleros que pudo vivir el valle del cauca
su apodo era: “El Cóndor”. Su vida nació en Tuluá, vendiendo quesos en la galería,
a los 17 años contrae matrimonio con una señora llamada Agripina, que con ella
iba a tener dos hijas: Amapola, (y la otra no la nombran en el libro). Como
gran conservador asistía todos los días a la misa de las 6:00 A.M, solo leía el
periódico “El Siglo” y solo escuchaba la emisora “La Voz Católica”, porque no
eran liberales.
Su
vida era normal hasta el 9 de abril de 1949, cuando matan a Gaitán, desde ahí
nace “El Cóndor”. Preparados para la revolución de los liberales, se reúnen
todos los conservadores de Tuluá y de Cali, quedan todo bien armado y comienza
la revolución.
Los
liberales querían cobrar venganza como fuera, pero todo les salió al revés,
porque habían cambiado ahora de Gobernadores, Alcaldes y el Presidente, entre
otras palabras era dominio conservador.
Y
desde ahí comienzas las matanzas a los liberales en Tuluá, había cogido una
fuerza increíble con el pueblo conservador, y desde ahí comenzaron a llegar
liberales muertos en la calles eran 11 por día y como eran dueños hasta de la
policía no los denunciaban ni les hacían algo, después de muchas matanzas se
descubrió el jefe del grupo, que era León María Lozano, y se convirtió en el
mayor matón del país, formando grupos de sicarios en todo el país para matar
todo liberal que se les cruzara, los mataban y los dejaban en las calles sin
identificaciones, y eran enterrados con el nombre NN.
Mataron
miles de liberales en todo el país, hasta los que eran tibios conservadores y
no pagaban las cuotas que exigían.
Ya
por la inseguridad en Tuluá porque vino mucho liberal a matarlo lo obligo a
vivir en Pereira, donde se intentaron de matarlo con un queso envenenado, pero
no lo lograron, y vengo casi su muerte matando 24 liberales al día (mandando a
matar, siempre era el dirigía los asesinatos pero nunca mato). Hasta que al fin
lo matan yendo en un taxi de Pereira a Manizales, porque sus hijas vivían allí,
y como no quería ir en carros majestuosos, se fue en taxi el conductor llegando
a Manizales le da dos tiros en la cabeza y lo mataron así termina la historia
de “EL Cóndor”.
Los
personajes León María Lozano, Agripina, Amapola, Pancho Retentaría, Padre González
etc. La historia se realiza en Tuluá, y el Eje Cafetero. Es una obra Contemporánea.
CONCLUSIONES
·
Aprender y conocer como es
la vida y obra de Gustavo Álvarez Gardeazabal
·
La critica que hace a los temas
de la violencia en Colombia, el fetichismo de
la religión,
la corrupción caciques y
en general al conflicto social hace que sus escritos sean de mucho interés
social.
BIBLIOGRAFIA
·
Enciclopedia Encarta.http://es.encarta.msn.com/encyclopedia_961535534/Gustavo_%C3%81lvarez_Gardeaz%C3%A1bal.html
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